Mientras el presidente Javier Milei realizaba un breve viaje a Paraguay, en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Honduras se discutía una declaración conjunta condicionada por la disputa sobre los aranceles impuestos por Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Javier Milei, alineado con Washington, se reunió con el presidente paraguayo, Santiago Peña, para formar un frente anti-progresista, en contraste con la postura del presidente brasileño, Lula da Silva, quien lideró las críticas a la política arancelaria de EE. UU. y defendió el derecho internacional, denunciando las violaciones en Ucrania y Gaza.
La "Declaración de Tegucigalpa" reflejó la posición común de los líderes regionales contra las acciones de Trump, aunque fue cuestionada por Argentina, que busca mantener una buena relación con Washington debido a un futuro acuerdo con el FMI.
Uruguay, por su parte, reivindicó el derecho de Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur en la cumbre, resaltando la importancia de respetar el derecho internacional y la soberanía de los Estados en la región.